Una nueva agricultura está sobre la mesa de la Comisión Europea. Se trata de un modelo más ecológico al que deben contribuir las labores agrícolas para preservar el clima. Esto significa que hay que reducir las emisiones de CO2 y compensarlas con el que captura la propia naturaleza.
En este sentido, la PAC gratificará las prácticas de gestión de la tierra que incrementen su captación. Será una transición gradual con el objetivo de lograr un medio ambiente más limpio.
La Unión Europea dedicó una jornada a la huella de carbono, es más, se presentó un sistema de créditos por captura de carbono para aquellos que opten por una agricultura de conservación con métodos como la rotación de cultivos, la disminución del laboreo, las cubiertas vegetales o la siembra directa.
El Ministerio de Agricultura se muestra a favor, es más, uno de sus ecoesquemas con diferentes prácticas agrícolas se destina a este fin para lograr producciones más sostenibles. Los agricultores, sin embargo, aseguran que llevan tiempo realizando estas prácticas, pero necesitan tener la certeza de que no les supondrá un lastre económico.
En definitiva, otro paso para reducir la huella de carbono está dado.
